
El vinilo ácido es una de las soluciones más demandadas en oficinas, locales comerciales y centros profesionales. Su capacidad para aportar privacidad sin renunciar a la luz natural lo hace ideal para cualquier superficie acristalada, ofreciendo al mismo tiempo un acabado elegante y moderno.
A diferencia del arenado o el grabado químico del cristal, el vinilo translúcido es una alternativa práctica, económica y versátil que permite transformar los espacios con rapidez y sin obras.
¿Qué es el vinilo ácido?
El vinilo ácido o glaseado es un material que imita el efecto del cristal esmerilado. Se aplica sobre superficies de vidrio para conseguir un acabado satinado que limita la visión directa, pero no bloquea la luz, manteniendo el efecto de amplitud en el diseño de las estancias.
Es una herramienta muy versátil que se puede aplicar a multitud de negocios:
Vinilos personalizados según necesidad
Otra de las grandes ventajas de los vinilos glaseados, además de la privacidad sin perder luminosidad, es su capacidad de personalización. Son muchos los patrones que pueden adoptar los vinilos ácidos, además de poder personalizarse con el logotipo, textos o diseños gráficos mediante corte.
Con esta cualidad, además de cumplir su función práctica, también se convierte en un recurso de branding que refuerza la identidad de la empresa y proyecta una imagen profesional.
Ya sea para mejorar la privacidad en oficinas, dar un toque de sofisticación en locales comerciales o reforzar la imagen de marca con diseños exclusivos, el vinilo se posiciona como una de las alternativas más completas y rentables del mercado.